Me encantan los ángeles, por eso, cuando descubrí los de una escultora polaca, cuyo nombre no recuerdo en este momento, me decidí a hacerlos utilizando la pasta de papel.
Lo primero es amasar la pasta, conseguir una lámina finita, y adornarla, como uno quiera. Yo, por ejemplo, para troquelar las flores, utilicé un molde para galletas; un triángulo de los del Trivial, para hacer los triángulos, y el capuchón de un bolígrafo, para hacer los circulitos... Es mejor hacerlo antes, con la lámina extendida sobre una superficie sólida, que una vez armado el ángel.
Cuando tengas la lámina adornada, forra un tubo de cartón, como los del papel cocina, que previamente habrás cortado a la altura que desees. Dale un poco más de anchura en la base para hacerlos más estables. Pega las alas a la espalda . No está de más que utilices un poco de cola blanca, pero la pasta se pega sin dificultad.
Para colocar la cabeza, introduce previamente en el interior del ángel y en la parte superior un trozo de pasta de papel que sirva de anclaje para el alambre que debe sostener la cabeza. Ya sólo queda esculpir bien el cuello para tapar el alambre y estilizar la figura, y moldear la melena con ayuda de un buril o un bolígrafo a fin de proporcionarle movimiento y texturas.
Como podéis comprobar, he hecho tres ángeles, de diferentes alturas, y los he colocado sobre una base de madera redondeada, pintada de color oro viejo y envejecida con cera.
